domingo, 30 de diciembre de 2012

SEGURIDAD SOBRE EL ALCOHOL Y LA CONDUCCION


¿El alcohol y la  conducción son incompatibles?

 Cada día en todas partes del mundo, cientos y hasta miles de personas resultan heridas en accidentes de tránsito causados por conductores intoxicados por el alcohol. Por ese motivo, quizá sea bueno recordar por qué conducir y beber son dos actividades incompatibles .

 Para comenzar, no está de más recordar que el alcohol es una sustancia que, una vez ingerida, atraviesa las paredes del estómago y el intestino y se distribuye por todo el cuerpo a través de la sangre hasta que el hígado la metaboliza y desaparecen sus efectos sobre el organismo.

¿Qué es la alcoholemia?
La alcoholemia es el grado de alcohol que se tiene en la sangre y se mide en gramos de alcohol por litro de sangre. 
Estas son las tres fases de la alcoholemia: absorción, distribución y metabolización.
 Absorción: Un 20% del alcohol ingerido pasa en pocos instantes del estómago a la sangre. El 80% restante llega a la sangre a través del intestino. Durante los primeros minutos la absorción es más rápida, de manera que el alcohol llega a su máxima concentración en sangre entre 30 y 90 minutos después de la ingesta. Hay que tener en cuenta que con el estómago vacío la absorción es muy rápida. Por otra parte, cuando se combina con bebidas gasificadas el alcohol atraviesa más fácilmente la barrera hematoencefálica y su efecto tóxico es más rápido e intenso.
Distribución. El alcohol viaja por todo el organismo a través de la sangre. Como se pasea por todas partes, lo mismo afecta al cerebro que al sistema nervioso. En un primer momento causa euforia y desinhibición. Cuando bebe, el conductor menosprecia el riesgo y disminuye su sensación de velocidad. Disminuye también su capacidad de concentración y el conductor calcula mal las distancias. Por otra parte aumenta el aletargamiento del conductor, de manera que sus movimientos son menos precisos. Todo se une: la euforia etílica sumada con la falta de reflejos hace del conductor ebrio una bomba de tiempo.
Metabolización. El cuerpo humano no necesita alcohol ni puede almacenarlo. Por eso debe metabolizarlo, es decir, transformarlo en sustancias de desecho. A través de la orina, el aliento y el sudor se elimina entre un 2% y un 10% del alcohol. El resto es tarea del hígado, que metaboliza esa sustancia a un ritmo de 0,12 g/l de alcohol en sangre por cada hora. De ahí que se diga que para superar una tasa de alcoholemia de 0,5 g/l hay que esperar aproximadamente cuatro horas (0,12 x 4 = 0,48).
Ese es el camino del alcohol. Por eso cuando un conductor ebrio cree que controla la situación no es que mienta, sencillamente cree que es así porque el alcohol le da una percepción distorsionada de la realidad. Y por eso cuando un conductor ebrio hace cosas raras para eliminar los efectos de la bebida pierde el tiempo: el alcohol viajará por su organismo hasta que el hígado acabe con él. Luego están las medias tintas, como cuando un conductor manifiesta que sabe hasta dónde puede beber para no tener problemas. El asunto está en que el alcohol no hace efecto de forma inmediata y por esa razón resulta prácticamente imposible calcular cuándo hay que dejar el vaso sobre la mesa. Por otra parte, la euforia propia de la persona que ha bebido hace que le sea difícil interrumpir la ingesta de alcohol.

De ahí que la mejor forma de evitar sus problemas sea no tomar si debe conducir.

Clasificación de bebidas alcohólicas
Se entiende por bebida alcohólica aquella bebida en cuya composición está presente el etanol en forma natural o adquirida, y cuya concentración sea igual o superior al 1 por ciento de su volumen. Existen dos tipos de bebidas alcohólicas: las fermentadas y las destiladas. Las bebida fermentadas son las procedentes de frutas o de cereales que, por acción de ciertas sustancias microscópicas (levaduras), el azúcar que contienen se convierte en alcohol. Las bebidas fermentadas más comunes son el vino, la cerveza y la sidra.
El vino es el producto resultante de la fermentación de las uvas frescas o del mosto. Los blancos y rosados proceden de la fermentación del jugo de la uva y los tintos del conjunto del grano de uva. Su contenido alcohólico suele ser de unos 10-13 grados
La cerveza se obtiene a partir de la malta cervecera, procedente de la transformación de la cebada y otros cereales. Para conseguir el sabor amargo se le añade lúpulo. Su contenido de alcohol suele oscilar entre los 4-6 grados.
La sidra, procede de las manzanas trituradas y fermentadas. suele oscilar entre los 5 grados.
Las bebidas destiladas se consiguen eliminando mediante calor, a través de la destilación, una parte del agua contenida en las bebidas fermentadas.

El principio básico de esta acción reside en que el alcohol se evapora a 78 grados y el agua a 100 grados, por consiguiente tienen más alcohol que las bebidas fermentadas, entre 30-50 grados. Entre las más conocidas se encuentra:
· El coñac o brandy que deriva de destilados del vino, criados en vasijas de roble.
· La ginebra que resulta de la destilación de macerados de bayas de enebro y otros cereales.
· El whisky que se origina de mezcla de cereales (cebada, maíz, centeno).
· El ron que se obtiene de la destilación de la melaza fermentada de la caña de azúcar o de remolacha.
· El vodka que se obtiene de varios cereales, generalmente centeno y también de la patata.




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